El mundo del espectáculo y la tecnología se ha visto sacudido por una noticia que pocos esperaban: según fuentes cercanas, Tim Cook, el poderoso CEO de Apple y uno de los multimillonarios LGBTQIA+ más influyentes del planeta, habría propuesto a Rihanna un acuerdo de 200 millones de dólares para convertirse en una embajadora vitalicia de la comunidad LGBTQIA+. A cambio, Cook habría prometido no solo el apoyo económico, sino también la financiación estratégica para asegurar varias nominaciones de Rihanna en los próximos Grammy 2026, lo que garantizaría mantenerla en la cima de la industria musical.
Rihanna, icono global, empresaria, cantante, madre y una de las figuras más carismáticas de la cultura pop, recibió esta oferta de forma inesperada. Las fuentes afirman que la propuesta se dio durante una reunión privada organizada discretamente en Los Ángeles, a la que asistieron solo un puñado de asesores de confianza de ambas partes. La filtración de este encuentro ya ha encendido un debate en redes sociales: ¿es ético atar un apoyo social tan importante a una transacción millonaria?
La reacción inicial de Rihanna, según los testigos, fue de asombro absoluto. La cantante, conocida por su carácter directo y su independencia, escuchó toda la propuesta sin interrumpir. Los presentes describen que, al final de la exposición de Cook, Rihanna se tomó unos segundos de silencio, respiró hondo, miró directamente a los ojos del magnate y pronunció una sola frase que, según quienes estuvieron allí, congeló la sala y dejó a todos sin palabras.
Hasta ahora, nadie ha querido revelar literalmente cuáles fueron esas palabras exactas, pero varios insiders insisten en que Rihanna respondió de forma tan clara y tajante que la conversación terminó de inmediato. Algunos rumores apuntan a que habría dicho algo como: “Mi voz no se compra”. Otros aseguran que la frase fue aún más directa, marcando la línea que separa su integridad como artista y figura pública de cualquier intento de instrumentalizarla.
En redes sociales, la comunidad de fans de Rihanna —conocidos como la Navy— ha estallado en comentarios divididos. Mientras algunos la aplauden por mantenerse fiel a sus principios y no dejarse “comprar”, otros señalan que, con semejante suma, podría haber hecho mucho bien a distintas causas sociales, incluida la propia lucha LGBTQIA+. La discusión sobre si aceptar una oferta así sería un acto de pragmatismo o una traición a la autenticidad artística ha incendiado foros, hilos de Twitter y miles de publicaciones en TikTok.
Por ahora, ni Rihanna ni Tim Cook han hecho declaraciones públicas oficiales para confirmar o desmentir la supuesta reunión ni los detalles del acuerdo filtrado. El equipo de prensa de Apple se ha limitado a declarar que “Apple no comenta asuntos privados de sus ejecutivos” y el equipo de Rihanna guarda un silencio absoluto, alimentando aún más la curiosidad y la especulación.
Más allá de si esta oferta existió o no, la historia vuelve a poner sobre la mesa una cuestión clave: ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar los magnates y las superestrellas para mantener o reforzar su poder e influencia? Y, sobre todo, ¿qué precio tiene la voz de un icono como Rihanna?
Mientras tanto, la Navy sigue esperando que su ídolo rompa el silencio y confirme o desmienta esta supuesta frase que, en cuestión de segundos, habría cambiado toda la conversación sobre su relación con el activismo LGBTQIA+. Si algo ha demostrado Rihanna a lo largo de su carrera es que ella no se pliega a ninguna presión: ni de la industria, ni de la política, ni del dinero. Y parece que, una vez más, lo ha dejado claro con una sola frase que ahora el mundo entero quisiera escuchar de su propia boca.