La preocupación surgió rápidamente después de que los analistas señalaran movimientos internos
El mundo de las criptomonedas ha sido testigo de un nuevo capítulo lleno de expectación y controversia con el lanzamiento del token YZY, una iniciativa liderada por el rapero y empresario Kanye West, ahora conocido legalmente como Ye, en la blockchain de Solana. En un movimiento que captó la atención global, el token alcanzó una capitalización de mercado de 3 mil millones de dólares en tan solo 40 minutos tras su debut el 20 de agosto de 2025, según datos de plataformas como Nansen y CoinGecko. Sin embargo, la euforia inicial dio paso a una caída abrupta, con el valor del token desplomándose a aproximadamente 1,05 mil millones de dólares en cuestión de horas, desatando un torbellino de especulaciones y preocupaciones sobre la transparencia y sostenibilidad del proyecto.
Ye anunció el lanzamiento a través de su cuenta verificada en X, donde compartió el enlace al sitio web oficial de “Yeezy Money” y un video que confirmaba la emisión del token. En sus propias palabras, el proyecto representa “una nueva economía, construida en cadena”, con la ambición de establecer un ecosistema financiero descentralizado que incluye no solo el token YZY, sino también un procesador de pagos llamado Ye Pay y una tarjeta de débito, YZY Card, diseñada para permitir transacciones directas con YZY, USDC y USDT sin necesidad de convertir a moneda fiat. Según el sitio web, el objetivo es reducir las tarifas de procesamiento para comerciantes y ofrecer a los usuarios mayor control sobre sus finanzas, alejándose de las instituciones centralizadas.
Sin embargo, la emoción inicial se vio rápidamente eclipsada por preocupaciones sobre la estructura del token y las prácticas de sus promotores. Analistas de blockchain, como Lookonchain y Bubblemaps, revelaron que al menos el 94% del suministro total del token estaba en manos de insiders antes de su distribución, con un solo monedero multisig controlando el 87% del total. Esta concentración de activos generó críticas sobre la centralización del proyecto, un aspecto que contradice los principios de descentralización que Ye afirmó promover. Además, se descubrió que solo tokens YZY fueron añadidos al fondo de liquidez, sin incluir USDC, lo que otorga a los desarrolladores la capacidad de manipular la liquidez y, potencialmente, vender grandes cantidades de tokens en momentos estratégicos, afectando a los inversores minoristas.
La estructura de distribución también levantó sospechas. Según informes, el 70% del suministro de mil millones de tokens fue asignado al equipo de Ye, el 20% al público y solo el 10% a la liquidez, lo que muchos calificaron como un modelo desequilibrado que favorece a los insiders. Plataformas como OnChain Lens y Lookonchain documentaron movimientos de monederos que, con conocimiento previo de la dirección del contrato, realizaron transacciones masivas. Por ejemplo, un monedero identificado como 6MNWV8 gastó 450.611 USDC para adquirir 1,29 millones de tokens YZY a 0,35 dólares, vendiendo posteriormente 1,04 millones de tokens por 1,39 millones de USDC, obteniendo una ganancia de más de 1,5 millones de dólares. Otro inversor, utilizando 12.170 SOL (aproximadamente 2,28 millones de dólares), compró 2,67 millones de tokens, alcanzando un beneficio no realizado de 6 millones de dólares en el pico del mercado.
El lanzamiento de YZY no estuvo exento de medidas para mitigar la especulación automatizada. El proyecto implementó un sistema de 25 direcciones de contrato, de las cuales solo una fue seleccionada al azar como la oficial, en un intento de evitar el “sniping” por parte de bots. Sin embargo, estas medidas no lograron disipar las dudas sobre la equidad del proceso, ya que los monederos con información privilegiada parecían haber sorteado estas barreras. La volatilidad del token, que experimentó un aumento del 375% en 24 horas seguido de una caída del 34% en una hora, según Birdeye, refleja los riesgos inherentes a los memecoins impulsados por celebridades.
El contexto del lanzamiento de YZY se enmarca en una ola de proyectos similares, como el token TRUMP, promovido por el expresidente Donald Trump, y LIBRA, respaldado por el presidente argentino Javier Milei, ambos envueltos en controversias por su volatilidad y acusaciones de manipulación. A pesar de las críticas, figuras prominentes del mundo cripto, como el cofundador de BitMEX, Arthur Hayes, y el trader James Wynn, invirtieron en YZY, atraídos por su potencial especulativo. No obstante, las advertencias sobre los riesgos de centralización y la falta de un plan técnico claro sugieren que el futuro de YZY dependerá de su capacidad para construir confianza y utilidad real en un mercado saturado de promesas y especulación.