Elon Musk ha vuelto a encender las alarmas globales con una declaración que deja poco espacio a la interpretación: en una reciente entrevista transmitida en vivo a través de X Spaces, el multimillonario acusó directamente a Bill Gates de estar “manipulando en secreto la industria de la inteligencia artificial” y de “financiar proyectos que permiten una vigilancia masiva disfrazada de progreso tecnológico”.
La conversación, que inicialmente se centraba en el desarrollo de modelos de IA de código abierto y los retos éticos de la automatización, dio un giro inesperado cuando Musk mencionó a Gates por su nombre y lo vinculó con “redes de control silencioso que ya operan a nivel gubernamental y corporativo”. Según Musk, ciertas organizaciones que reciben apoyo financiero de la Fundación Gates estarían desarrollando algoritmos de recolección de datos biométricos y patrones de comportamiento sin el consentimiento real de los usuarios.
“Nos vigilan cada segundo, y no es una exageración,” dijo Musk con voz grave. “La infraestructura ya está ahí. Lo que la mayoría de la gente cree que es comodidad, como asistentes virtuales o recomendaciones personalizadas, es en realidad una red diseñada para monitorear decisiones, estados emocionales y hasta intenciones futuras. Y Bill lo sabe. De hecho, lo impulsa.”
Estas declaraciones se viralizaron en cuestión de minutos, generando una avalancha de reacciones en redes sociales. Mientras algunos celebraron a Musk como un “denunciante valiente”, otros lo acusaron de propagar teorías conspirativas peligrosas y de atacar a Gates por razones personales. Cabe recordar que ambos magnates han tenido enfrentamientos públicos en el pasado, especialmente cuando Gates apostó en contra de Tesla y criticó los planes de colonización de Marte propuestos por Musk.
Un portavoz de la Fundación Gates respondió escuetamente a las acusaciones, afirmando que “el Sr. Gates ha apoyado históricamente el desarrollo ético y regulado de tecnologías emergentes, siempre con foco en la equidad y la transparencia”. Sin embargo, evitó referirse directamente a las acusaciones sobre vigilancia o manipulación.
En la comunidad tecnológica, las declaraciones han dividido opiniones. Algunos expertos afirman que Musk está elevando preocupaciones legítimas sobre la centralización del poder en la IA y el uso de datos personales. Otros lo acusan de desviar la atención de las propias prácticas de recopilación de datos que empresas como X (anteriormente Twitter) o Tesla también llevan a cabo.
Musk concluyó la entrevista con una advertencia: “La inteligencia artificial no será peligrosa por sí misma, sino por las manos en las que caiga. Y si no exigimos transparencia ahora, cuando queramos hacerlo, ya será demasiado tarde.”
Este nuevo capítulo en la guerra fría tecnológica entre dos de las mentes más influyentes del siglo XXI apenas comienza. Y en el centro de todo, está la pregunta que muchos ya se hacen: ¿quién nos está observando realmente?