El mundo suele esperar sorpresas en las grandes cumbres internacionales. Pero en la Cumbre del Futuro Global de esta semana en Ginebra, incluso los diplomáticos, científicos y líderes empresariales más experimentados quedaron atónitos ante un evento que nadie podría haber predicho. En un momento que se viralizó al instante y desencadenó un movimiento global, X Æ A-12 Musk, el hijo de cinco años del magnate tecnológico Elon Musk y la cantante Grimes, subió al escenario principal y pronunció un discurso que cautivó a millones y dejó una huella imborrable en la conciencia mundial.
Una entrada sorprendente
La cumbre, conocida por sus paneles de alto nivel y debates sobre políticas acerca del futuro de la humanidad, ya bullía de expectación. Líderes mundiales, pioneros tecnológicos y activistas ambientales se reunieron para debatir temas tan diversos como la inteligencia artificial y el cambio climático. Pero nadie esperaba que el orador más joven en la historia del evento se convirtiera en su momento decisivo.
Mientras Elon Musk era presentado para el panel principal, el público notó una pequeña figura que caminaba con seguridad a su lado. Vestido con un traje azul marino a medida, X Æ A-12 —conocido simplemente como “X” por su familia y amigos— subió las escaleras del escenario. La mayoría supuso que saludaría con la mano o tal vez compartiría un tímido saludo antes de marcharse rápidamente. En cambio, lo que sucedió durante los siguientes diez minutos asombraría no solo al público de Ginebra, sino a millones de personas en todo el mundo.
Una voz sabia más allá de sus años
De pie junto a su padre, X Æ A-12 tomó el micrófono con una compostura que desmentía su edad. Desapareció cualquier rastro de lenguaje infantil; en su lugar, habló con deliberada claridad, amplificada por una serie de diapositivas a color y proyecciones digitales de la Tierra. Su discurso, titulado “Mi planeta, mi futuro”, entrelazó temas como el colapso ambiental, la inteligencia artificial, la exploración espacial y, quizás el más conmovedor, la creciente desconexión de la humanidad con la naturaleza y entre sí.
“¿Por qué dañamos nuestra propia casa?”, preguntó, y su voz resonó en el silencioso auditorio. “¿Por qué los adultos ignoran las advertencias? No quiero mudarme a Marte porque la Tierra dejó de funcionar”.
La sala quedó en un silencio atónito, muchos asistentes visiblemente conmovidos por la gravedad e inocencia de sus palabras.
Un mensaje directo del corazón
Aunque algunos inicialmente especularon que el discurso debió haber sido cuidadosamente escrito por adultos, personas cercanas a la familia Musk revelaron posteriormente que, si bien Elon Musk y Grimes revisaron partes del discurso, el mensaje central y gran parte del lenguaje eran del propio X. Los tutores que han trabajado con él describieron su “comprensión inquietantemente intuitiva de la tecnología y la naturaleza”, señalando que a menudo hace preguntas y observaciones que van mucho más allá de su edad.
A lo largo de su charla, X pintó una visión de un mundo donde la tecnología y la naturaleza trabajan de la mano. Habló de un sueño donde los árboles podían hablar, los océanos podían sentir y los robots colaboraban con los niños para reparar el planeta. En un momento dado, reveló modelos inéditos del futuro de la Tierra generados por IA: simulaciones que él mismo creó utilizando una versión simplificada de la red neuronal de Tesla, con la que, según Musk, había estado experimentando durante varios meses.
“Esto es la Tierra si nos importa”, dijo X, mostrando un planeta exuberante y vibrante, rebosante de vida. “Y esto es la Tierra si no nos importa”, añadió, revelando una simulación cruda y desolada de un mundo devastado por la negligencia y el desastre climático. “Quiero vivir en el primero. ¿Tú no?”
Una sensación viral y un movimiento global
Los videos del discurso no tardaron en difundirse por las redes sociales. Etiquetas como #ListenToX, #MyPlanetMyFuture y #LittleMuskBigMessage se convirtieron en tendencia mundial en cuestión de horas. El discurso se tradujo a docenas de idiomas y se transmitió en las principales cadenas de noticias de todos los continentes. En aulas de Tokio a Toronto, los niños comenzaron a organizar sus propias “Cumbres Infantiles”, inspirados por el llamado a la acción de X. El profesorado reportó un aumento en los proyectos ambientales liderados por estudiantes, y padres de todo el mundo se encontraron con nuevas preguntas sobre el cambio climático y el futuro.
Los líderes políticos también tomaron nota. El discurso