En las últimas semanas, Shakira, la superestrella colombiana y símbolo global de la música latina, se ha visto envuelta en una de las polémicas más candentes de su carrera. Lo que debía ser un regreso glorioso a los escenarios con su nueva gira Las Mujeres Ya No Lloran Tour, se ha convertido en un verdadero escándalo internacional, luego de que cientos de fans –y no pocos críticos especializados– la acusaran públicamente de haber “copiado descaradamente” la estética, escenografía y narrativa del aclamado Renaissance Tour de Beyoncé.
Todo comenzó con el arranque de su tour en Río de Janeiro, donde las primeras imágenes del escenario circularon rápidamente en redes sociales. Allí se podía ver a Shakira rodeada de luces plateadas, con vestuarios futuristas en tonos metálicos, una pasarela elevada al centro del estadio y, lo más llamativo, una enorme escultura de un lobo plateado que emergía del escenario. Para muchos, este detalle fue la gota que colmó el vaso: el lobo era “idéntico” al famoso caballo cromado que Beyoncé utilizó como símbolo de su gira.
Las redes estallaron en segundos. “Shakira no se inspiró, robó. ¡Esto es plagio!”, escribió un usuario en X, generando más de 100.000 interacciones. Otro fan comentó: “Hasta el logo de la gira parece un mal montaje del arte de Renaissance. No lo puedo creer. Qué decepción”.
El debate escaló aún más cuando usuarios comenzaron a comparar los videos de ambos shows lado a lado, revelando similitudes inquietantes en la iluminación, los movimientos coreográficos, la disposición del escenario y hasta la música de introducción. “¿Dónde está la Shakira auténtica?”, preguntaban cientos de comentarios indignados.
Pero lo más inquietante no fue solo la comparación visual, sino la filtración de un supuesto documento interno del equipo de producción que mencionaba el deseo de “reinventar el aura futurista de Renaissance bajo una estética latina”. Aunque la autenticidad de ese documento no ha sido confirmada, la teoría conspirativa ya se ha esparcido como pólvora.
Hasta el momento, Shakira no ha hecho ninguna declaración oficial frente a las acusaciones. Su equipo de relaciones públicas se limitó a decir que “la gira está inspirada en la evolución personal de Shakira como mujer y artista”. Sin embargo, el silencio frente al tema de plagio solo ha encendido más la furia de los fanáticos de Beyoncé, quienes exigen una disculpa pública.
Mientras tanto, el escándalo amenaza con opacar todo el éxito de taquilla que la gira de Shakira venía cosechando. La pregunta que ahora flota en el aire es: ¿estamos presenciando la caída de una ídola global por culpa de una decisión creativa arriesgada… o simplemente malintencionada?