Karoline Leavitt una vez más hizo que el público revolviera cuando expuso sin rodeos a Robert de Niro en una declaración totalmente registrada por los medios de comunicación. Ya no tenía la restricción habitual en los jóvenes políticos, ella ferozmente enumeró al veterano actor y directora de Hollywood, lo llamó “un malo en el artista” y declaró: “Todos merecen saber la verdad”.
Según Leavitt, De Niro no es simplemente un artista con opiniones políticas extremistas, sino también un símbolo de la cultura arrogante, donde las celebridades piensan que pueden manipular la opinión pública y pisotear a cualquiera que no esté de acuerdo con la justicia. Ella piensa que De Niro ha usado repetidamente los medios de comunicación para atacar ataques conservadores no es “libertad de expresión”, sino una campaña intencional para causar la división social.
El discurso de Leavitt se hizo en una entrevista en vivo, cuando se le preguntó sobre la influencia de la cultura de Hollywood en la política y la conciencia social moderna. Mientras que muchos políticos a menudo evitan las críticas a figuras influyentes como De Niro, Leavitt decidió enfrentar. “No es un artista honesto como todos piensan. Es un director astuto, aprovechando la gloria para cubrir sus profundas intenciones”, dijo definitivamente.
El incidente rápidamente se convirtió en un tema candente en las plataformas de redes sociales. Una gran parte de los internautas, especialmente los jóvenes y las tendencias conservadoras, expresaron su apoyo a Leavitt. La ven como un nuevo símbolo, que no tiene miedo de “exponer la verdad” de la clase de élite que ha existido durante demasiado tiempo sin ser desafiado.
Sin embargo, la reacción no está completamente inclinada a un lado. Muchas personas también criticaron a Leavitt por personalizar el problema, diciendo que usó una estrategia de ataque personal en lugar de centrarse en el argumento. Algunos críticos culturales también advirtieron que tales discursos pueden aumentar la polarización, lo que empuja a la sociedad a remolinos de confrontación innecesarios entre el arte y la política.
Ya sea amante o odiándola, nadie puede negar que Karoline Leavitt afirma cada vez más su posición en el mapa político estadounidense. Ella no solo representa a la generación más joven que se atreve a decir, se atreve a hacer, sino también un personaje que hace que las personas más poderosas no ignoren. Y esta vez, el objeto al que apuntaba era uno de los nombres más poderosos del cine: Robert de Niro.